La primera selección la han realizado los viticultores en sus parcelas, trayendo a nuestra bodega sus mejores uvas, sin embargo la cuidada selección no acaba ahí. Es el momento de los veedores del Consejo Regulador D.O. Ribera del Duero, quienes después de un minucioso análisis visual de la uva, deciden que ésta cumple con los mejores parámetros de calidad requeridos.
Pero la Bodega La Asunción de Nuestra Señora S. COOP apuesta aún más por la calidad de sus vinos y además de estas dos primeras selecciones, deciden realizar una nueva elección agrupando sus mejores uvas en unos depósitos especiales para poder realizar sus Crianzas y Reservas “Arco de Morozán”.
Después de todo este cuidado proceso la uva entra en la despalilladora donde se separan los granos del raspón (parte leñosa del racimo de uva). Una vez estrujada con cuidado, ésta se traslada a los depósitos de hormigón, donde se llevará a cabo la fermentación (proceso de transformación del azúcar de la uva en alcohol, realizada gracias a diversas levaduras).
Mosto y hollejos están en constante contacto durante estos primeros momentos, ya que van a aportar al mosto toda la riqueza de aromas, sabores y colores, que harán de dicho mosto un gran vino.
Después de varios días macerando juntos el mosto y el hollejo, llega la hora del descube, es decir, el momento en el que se separa el sólido y el líquido.
El vino está prácticamente preparado para ser consumido, tan sólo cabe esperar a la fermentación maloláctica (mediante la que se transforma la acidez fuerte y vegetal del ácido málico, en la suavidad y untuosidad del ácido láctico) y a la clarificación y la filtración que dará al vino un aspecto mucho más brillante y elegante.